Pero qué bolo eres


Uno de los dichos populares más extendidos por toda Castilla - la Mancha; una denominación histórica a las gentes manchegas repleta de curiosidades y anécdotas. El gentilicio más apropiado, el que más identifica a la sociedad toledana, es sin lugar a duda... Bolo; la tierra del Bolo. Un adjetivo cuyas connotaciones en el léxico de la identidad territorial son de carácter cariñoso. 

Por ello, hoy vamos a recuperar el DNI toledano, el origen histórico del porqué La Mancha acuñó y se apropió debidamente de una de las expresiones más carismáticas de Castilla que ha traspasado fronteras, porque Castilla - la Mancha es también denominada la Tierra del Bolo.

III Concilio de Toledo, óleo sobre lienzo
José Martí y Monsó - 1862

Allá por el siglo VI de nuestra Era, tuvo lugar el III Concilio de Toledo, fechado el 7 de abril del año 589. Esta asamblea de obispos y otras autoridades de la Iglesia Católica, decidieron y sellaron un nuevo asunto de dogma y de disciplina; la unidad espiritual y geográfica de la España Visigoda de aquellos tiempos dejó de ser arriana. Esta conversión hacia el catolicismo, acuñó a esta religión como oficial, puesto que ya lo venían hablando los hispanorromanos. En este Concilio, el Rey castellano Recaredo, abandonó de forma solemne y bajo juramento el arrianismo reconociendo a la Iglesia Católica. En la toma de juramento del monarca, en su respuesta afirmativa pronunció "Ego Volo", interpretando "Sí quiero" al abrazo de la verdadera Fe Católica.



Real Colegio Mayor de San Clemente
de los Españoles - Bolonia (Italia)

Varios siglos después... en el XIV, Castilla se inundó de ciencia y cultura. El Arzobispo de Toledo Gil Álvarez de Albornoz, que presidía por aquel entonces la diócesis castellana, Fundó el Colegio Mayor de San Clemente de los Españoles en la ciudad italiana de Bolonia a través de una disposición testamentaria otorgada en Ancona a fecha del 29 de septiembre de 1364. El carácter educativo de esta fundación cultural europea, dio lugar a que familias nobles llevaran a sus hijos a cursar sus estudios y licenciarse en esta institución académica. Elio Antonio de Nebrija; Antonio Agustín; el Ilmo. Sr. Dn. Álvaro Figueroa y Torres, Conde de Romanones; Ignacio de Loyola... incluso el mismísimo Miguel de Cervantes Saavedra, fueron algunas de las numerosas personalidades de familias ilustres del arte y la cultura que fueron alumnos de esta prestigiosa escuela. A su llegada a España de la sabiduría aprendida, les comenzaron a llamar Bolos, puesto que venían de licenciarse sus estudios en la Universidad de Bolonia.


Castillo del Duque de Aarión, Malpica de Tajo (Toledo)

Castilla siempre fue tierra de conquistas, donde elegantes fortificaciones transformadas en castillos y palacios servían de punto de referencia militar. La industria armera que suministraba a la Corte y a la nobleza surtía de aceros  para su defensa. Los Vascos, que poseían una importante acería, eran los proveedores de las bolas de acero al carbono; el léxico empleado por los profesionales de la siderurgia acuñó a Toledo la denominación  de "la provincia de los bolos", que con el paso del tiempo, los toledanos, que tanto han defendido su imperiosa ciudad museo haciendo de cada rincón un lugar mágico, han recibido la catalogación de Bolo.

Pero... Toledo tiene algo especial, una defensa natural que surca la ciudad y le hace la ciudad más bella del Reino de las Españas. El río Tajo, el más largo de la península ibérica; desde su nacimiento en los Montes Universales de la Sierra turolense de Albarracín, llega al océano Atlántico en la ciudad de Lisboa después de recorrer más de mil kilómetros de serranías, dehesas, olivares, viñedos, cañaverales, ... un paraíso transitado por zorros, jabalíes, ciervos, corzos, muflones, sarrios, además de los tesoros que dan cobijo sus aguas cristalinas como la nutria, trucha, lagartos, tritones, anguilas, lucios, bogas... el reflejo del cantar de la grulla, ánade real, buitre leonado, águila real, halcón peregrino, búho real, lechuza, cernícalo... Aguas de vida, reflejos de historia; sus cantos rodados, originados por la erosión de la furia del Tajo, son denominados bolos, auténticas esferas avales de la historia de las nobles Tierras del Bolo. 

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